viernes, 18 de septiembre de 2015

NO DEJEMOS QUE LA CORRUPCIÓN DEGRADE LA
 RESERVA MORAL DEL PAÍS. SEPAMOS ELEGIR.

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Se dijo en el 2013 que el monto comprometido en actos de corrupción ascendió a nada menos que S/.10.000 millones –equivalente a 30 veces el presupuesto del programa Cuna Más–.Estamos en este Gobierno humalista y vemos más de lo mismo.

Es sabido que la corrupción tiene efectos desastrosos para el país, no sólo económico ni de afectación de las prioridades de desarrollo de infraestructura, que beneficia a poblaciones enteras sumergidos en la pobreza, sino que conlleva a la degradación del país, porque moral y éticamente envuelve la mente de la gente en acciones podridas y de ventajas para beneficio propio. 

Se vuelve colectivamente como pensamiento normal decir: ¡Si todos roban porque yo no¡ Son los malos ejemplos de los políticos y gobernantes que sólo quieren el poder para satisfacer sus egos y llenarse los bolsillos a costa de todos nosotros. 

Paremos todo esto rechazando a los políticos y gobernantes corruptos, ignorantes, impreparados e indiferentes a la identidad, al carácter del pueblo, a la realidad social, económica, a las conductas rectas y de justicia que muchos ciudadanos anónimos poseen y que se preparan para destruir estas murallas de infestación corrupta para edificar conciencias ciudadanas honestas en futuros políticos y gobernantes desprendidos y con amor al país.

Cuando hoy recordamos a Tomás Moro por su libro más famoso “Utopía”, en el cual describe una Nación que en realidad no existe pero que debería existir, donde  ataca fuertemente las injusticias que cometen los ricos y los altos del gobierno con los pobres, los desprotegidos, y va describiendo cómo debería ser una nación ideal,  quien fue objeto de burlas como hoy existe con los que luchan contra la corrupción, no podemos dejar de mencionar sus palabras que el buen político actual debe grabar en su mente y en su corazón : "El hombre no puede ser separado de Dios ni la política de la moral" .

No se rindió ante el poder corrupto y entregó su vida firme en su convicción muriendo decapitado, haciendo de su propia lucha una utopía para incrédulos de estos tiempos en que la comodidad y las ansias de ganar dinero, hace que se metan a la política sólo por ambición pero no para servir al pueblo. Por eso Tomás Moro sigue siendo reconocido como un Santo de los políticos y gobernantes y un ejemplo a seguir.

¿ Habrá jóvenes y adultos honestos para defender la justicia y la verdad, convirtiéndose en políticos diferentes?...
Publicado en Facebook Fuera Los Corruptos el 22.06.15