HAY QUE FORMAR LA
CONCIENCIA MORAL DEL POLÍTICO
EDITORIAL DE FUERA LOS CORRUPTOS
Cada año que va pasando nos
vamos encontrando con políticos de poca monta, impreparados por fuera e
impreparados por dentro. Así el bajo nivel de preparación resulta alarmante,
carecen de juicios de razón recto por fuera y exigencia interior de
responsabilidad y deber por dentro.
Es costumbre ver políticos
adulones con los jefes de partidos, con las autoridades gubernamentales y hasta
con las minorías caprichosas de ciudadanos que se aprovechan de las debilidades
intelectuales de algunos políticos y de sus falta de conciencia moral para
pretender imponer sus deseos, ideologías o intereses particulares.
Cuando no se adecúa el
intelecto con la realidad del país, el respeto a la ciudadanía y al carácter
del pueblo, se habla disparates y se proyectan leyes copiadas de otras esferas
culturales y de clases políticas que sólo pueden tener como coincidencia, con
los políticos nuestros, los estilos de vida, corruptas e inmorales enturbiadora
de la atmósfera mundial de la política. Las encuestas mundiales lo confirman;
casi en todas las naciones, la ciudadanía considera a sus representantes
políticos como los causantes de las debacles en sus países.
Entonces, cuando un político
recogiendo barbaridades ajenas sostiene que la conciencia moral las debe fijar
el Estado porque el Perú según la Constitución es un país laico, está argumentando
necedades. Sí, somos un país laico pero no confundamos laicidad con laicismo.
La laicidad significa que el
Estado es neutral ante las creencias religiosas pero las considera un bien en
la sociedad. La prueba es que las diferentes creencias religiosa existentes les
ahorra al estado cuantitativamente, empleo de mayores presupuestos y benefician
a la sociedad construyendo escuelas, universidades, instituciones de salud, de
caridad y de asistencia ayudando a la clase explotada y marginada muchas veces
olvidadas sobre todo en en aquellos pueblos en que se oprimen al ser humano; a
la par que la formación histórica, cultural y moral es reconocida por nuestra
Constitución del Estado en su artículo 50.
En cambio, el laicismo
significa en el pensamiento fóbico religioso de algunos, que los ciudadanos con
vida interior y que tienen sus creencias religiosas deben ser excluidos de la
vida política y social, guardando sus formación intelectual y su interioridad
espiritual en la vida privada. Es decir, quieren que el Perú por ser un país
laico no tomen en cuenta las opiniones y formaciones de aquellos ciudadano con
preparación diferente. O sea, la ignorancia jurídica de lo que es la
participación de la persona humana, sus deberes y derechos, la remplazan por
sus antis y fobias religiosas para pregonar la aplicación de un Estado sin
Dios, anticlerical y antireligioso para no dejar que estos ciudadanos no tengan
derecho a opinar sobre la vida social, política y económica del país. Deben
hacerlo sólo en la vida privada.
Esta gente que se cree
intelectualizada y dueños de la verdad que hasta alcanzan a ser presidentes,
ministros y congresistas, en el fondo ocultan su ignorancia y su conducta
corrupta e inmoral usando la autoridad y la libertad para hacer cualquier cosa
y presentan cualquier cosa como ley desconociendo la realidad e identidad del
país y postergando la gran injusticia que reina laboralmente en estos tiempos.
Estos son los desviados del juicio en la conducta moral que nos lleva a la
indignación.
No perdamos tiempo
discutiendo temas no prioritarios y menos cuando proceden del error. La ley
inderogable es la ley interior que enseña virtudes y preserva los valores
morales, éticos y espirituales de la sociedad. Un político recto decente,
integro moralmente y justo debe tener sabiduría de las alturas para comprender
el bien y para juzgar rectamente, luchando contra toda forma de maldad y de
injusticia, siendo la corrupción y el asesinato los crímenes más despreciables
en una sociedad que clama por la justicia y una verdadera inclusión social.
PUBLICADO EL 26 de abril de 2015 EN EL FACEBOOK DE FUERA LOS CORRUPTOS.